Automatizando la generación de valor

Sin lugar a dudas, la pandemia de la COVID-19 ha tenido grandes impactos no solo en la salud, sino que ha acelerado la transformación digital en América Latina y el mundo, con la implementación de nuevas tecnologías que nos ayudan en el proceso del cambio de nuestra forma de trabajar, comprar o hasta relacionarnos.

La digitalización significa flexibilidad, significa aumentar artificialmente los marcos físicos o analógicos de nuestras posibilidades. Frente a esta nueva realidad, una vez más queda demostrado que la digitalización es un aliado indispensable para cualquier negocio o empresa que tenga como objetivo optimizar los procesos, mejorar su competitividad y ofrecer un nuevo valor añadido a sus clientes.

La digitalización del negocio provee beneficios en varias vías. Y es que, con el uso de métodos digitales y la integración de tecnologías en todas las áreas del negocio se hace más eficiente las operaciones rutinarias beneficiando tanto a los clientes, como a las propias empresas que incrementan su productividad, resultados e interacción con uno de sus activos más importantes: sus colaboradores.

Esto se logra porque la transformación digital dentro de un negocio implica la reelaboración de procesos, productos y estrategias, que deben ir de la mano de una rigurosa comunicación tanto externa, como interna, especialmente en estos tiempos, donde se le exige a las empresas transparencia, agilidad y cercanía.

Precisamente, esta transformación le permite al negocio montarse en el carrito, o mejor dicho en el ritmo de las demandas de los clientes inmersos en la constante evolución tecnológica. Esta capacidad de adaptación ha sido y será la diferencia entre la sobrevivencia y la desaparición de muchas de estas empresas multilatinas.